martes, 28 de octubre de 2008

Sobre ANOTACIONES de Daniel Maguiña Contreras y PLAQUETA PARA MARÍA de Omar Rosario Rodríguez (Ed. Zignos, 2008)

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Escribe: Harold Alva
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Hay quienes se atreven a encasillar como generación a los poetas que aparecieron con el nuevo siglo, quizá por cuestiones didácticas, quizá por constituir un nuevo canon. El solo intento limita un contexto cuyo radio va más allá del año 2000, me arriesgo a pensar en 1992. Ortega y Gasset en su muy famosa “Idea de la generación” la representaba como "una caravana dentro de la cual va el hombre prisionero, pero a la vez secretamente voluntario y satisfecho”, seguía: “Va en ella fiel a los poetas de su edad, a las ideas políticas de su tiempo y hasta al modo de andar usado a los veinticinco años” y para no reducirla a una moda, hablaba del compromiso dinámico entre masa e individuo que es lo que marca su trayectoria vital: histórica.
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Yo me pregunto ¿Hay compromiso histórico en estos jóvenes poetas? Alguien podría decirme que el arte está más allá de ese rol, que el arte está más allá de la militancia. Vuelvo a preguntarme: ¿Acaso el arte no cumple un rol social? ¿Nuestros poetas han metido en sus versos esta caravana social que hace rato avasalló sus hábitos? Pienso en algún nombre, en algún poeta joven al modo de Romualdo, o Scorza, o Valcárcel o Juan Gonzalo, intento encontrar un nombre, intento encontrar un poeta crítico a este tiempo, con opinión política, que analice y responda sobre lo que acontece, no un liberal extremista, tampoco un anarco incendiario, sino un poeta cuya sensibilidad recoja sin odio lo que ocurre y lo procese y lo transmita.
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Como no encuentro una respuesta, intento responder a esa ausencia de respuesta. Porque algo debe haber pasado para llegar a este silencio. Esta generación -contando desde 1992- ha sobrevivido a décadas siniestras. Los que nacimos entre 1968 y 1992 (1), para situarme entre dos acontecimientos históricos que cambiaron el rumbo de nuestro País: Velasco el 68 y Fujimori el 92, somos sobrevivientes a diversas formas de gobierno, en este proceso hemos sido testigos del derrumbe de las ideologías y del estallido de la globalización; hemos perdido por lo tanto hasta el sentido de las palabras. Raúl Zurita, el emblemático poeta chileno, respondía sobre esto hace tres años (2). Zurita decía que hemos perdido el significado de las palabras, afirmaba que el marketing intentaba darles otro sentido y que por eso era importante volver a escribir, por ejemplo, la palabra “amor”, término cursi o trivial que incluso rechazamos.
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Yo le agrego las palabras “compromiso”, “solidaridad” y, sobretodo, “comunicación”. Da la impresión que nos hemos perdido, que hemos dejado de ser esa mixtura sociedad / individuo, entonces necesitamos reconstruir ese lazo que unía al poeta con su entorno, necesitamos reconstruir ese puente para olvidarnos del individualismo que ha hecho escritores como islas. Pero necesitamos recuperar el significado de las palabras.
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Daniel Maguiña Contreras

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Hace cuatro años conocí a Daniel Maguiña Contreras, por aquel entonces yo editaba la colección El Malhechor Exhausto (3), el último de los autores publicados había sido Alex Alejandro, miembro del Grupo Jade (4). Daniel, al día siguiente me envía sus poemas, me envía el “Capítulo T”, un conjunto de textos en prosa cuyo eje temático era el amor, pero el amor en tono sabinesco, no el amor cursi, sino el amor irónico, el que realmente duele, el que le obliga a la mano escribir algo para no marcar el teléfono de la culpable. Entonces había eso a lo que se refería Zurita, Daniel le devolvía a esa palabrita su significado original.
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Hace un par de meses me confirma que tenía un conjunto de poemas que consideraba publicables, pero no quería editar solo, me habla sobre un amigo con quien había coordinado para publicar juntos: Omar Rosario Rodríguez. Me presenta a Omar vía correo electrónico, después contactamos vía MSN, y Omar me enseña sus poemas. El eje: el mismo, el amatorio.
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¿Qué tenía yo, como editor, al frente? Como poeta: ¿qué tenía al frente? Yo que cuestiono los años sobre los que quieren presentarnos una “nueva generación”, yo que considero urgente devolverle a las palabras su significado real, yo que reclamo a los poetas introducir la calle y su contexto en lo que escriben: tenía al frente a un par de poetas jóvenes que habían escrito en paralelo dos trabajos cuyo tema era el mismo y que querían hacerlo público en dos libros que se presenten como uno. Es decir, comunicados, recuperando ese lazo al que me referí hace un momento.
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Por eso el lanzamiento de esta colección bicéfala de poesía. El modo exacto para presentar en comunión estos discursos arriesgados. Se necesita ser arriesgado para publicar un poema de amor, cuando muchos de sus contemporáneos prefieren la erudición del texto por el texto. Nos pareció atractiva la idea de un libro bicéfalo, sobre todo por lo histórico del término, recordemos a Orthrus, el hermano de Cerbero, de la mitología griega, asesinado por Hércules; o el águila bicéfala de los masones cuyo origen se remonta a la ciudad samaritana de Lagash hasta llegar a los sultanes de Slkujian de donde fue llevada por los cruzados a Europa (5); o la serpiente bicéfala de los mayas, solo por citar algunos referentes.
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ANOTACIONES de Daniel Maguiña Contreras nos ubica frente a un poeta que no se hace problemas para introducir en su registro el lenguaje de la calle, los personajes de la televisión, los animes. Gracias a ese riesgo salva a sus poemas de caer en lo pueril. Si bien le escribe a una mujer o al silencio, su palabra no es la onda dulce que llega como una balada nuevaolera, todo lo contrario, por eso hablé de Sabina. Sus textos son prosas que se valen de los recursos narrativos, pero no pierden el sentido de lo poético. Omar Rosario Rodríguez si bien acude a la prosa poética en PLAQUETA PARA MARÍA, apela también al verso libre preocupado por la imagen. Sus poemas están construidos con un lenguaje que no titubea para decir lo que pretende.
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Gracias a ese compromiso por devolverle a la palabra su sentido -que ubico como parte del proceso para retornarle al poeta su rol social, ese rol que va más allá del sentimiento que sostiene a estos libros- apuesto como editor por estos jóvenes poetas.
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Omar Rosario Rodríguez


1. Estoy preparando DE GOLPE A GOLPE: LA ÚLTIMA GENERACIÓN / ANTOLOGÍA POÉTICA.
2. Entrevista realizada por Miguel Ildefonso para Odumodneurtse, el periódico de poesía que dirigía Álvaro Lasso.
3. Publicamos ocho títulos: M.D.I.H. de Miguel Ildefonso, ARTE RUPESTRE de Roberto Salazar, EL CIELO QUE ME ESCRIBE de Miguel Ángel Zapata, OPÚSCULO DE UN NOSFERATU de Leo Zelada, NAVAJAS de Karl Oharak, CUADERNO DE LUCIÉRNAGAS de Alex Alejandro, BAJO EL PUENTE DE LONDRES de Denis Castañeda y PUTAMADRE de Héctor Hernández Montecinos.
4. El grupo JADE de la Universidad Nacional Federico Villarreal estuvo integrado por Alex Alejandro, Oscar Perlado, Josefina Jiménez y Daniel Maguiña, entre otros.
5. El águila bicéfala masónica, por Iván Herrera Michel, en “Pido la palabra”.

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