miércoles, 18 de julio de 2007

SEGUNDA MANO de HÉCTOR HERNÁNDEZ MONTECINOS

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HÉCTOR HERNÁNDEZ MONTECINOS (Santiago, Chile, 1979). Licenciado en Literatura. Doctor © en Filosofía mención Teoría del Arte. Ha escrito en poesía No! (2001), Este libro se llama como el que yo una vez escribí (2002) y El barro lírico de los mundos interiores más oscuros que la luz (2003), los cuales aparecen reunidos en [guión] (Santiago: LOM, 2007), que es el libro hermano de [coma] (Santiago: MANTRA editorial, 2006; 2º edición, Sao Paulo: Amauta editorial, traducida al portugués, en prensa) que reúne su trabajo poético del 2004 a la fecha. Además se han publicado varias selecciones y antologías de su extensa obra como Putamadre (Lima: Zignos, 2005), Ay de mí (Stgo: Ripio ediciones, 2006), Segunda mano (Lima: Zignos, 2007), y La Poesía Chilena soy yo (Cochabamba: Mandrágora editorial, 2007). Ha sido becario del Consejo Nacional del Libro y la Lectura como ensayista (2003) y como poeta (2006), del FONDART para realizar su doctorado (2004 y 2005), de la Fundación Pablo Neruda (2005) y de la Fundación Andes (2005). Textos suyos aparecen en diversas antologías y revistas en Latinoamérica, EEUU y España. Algunos han sido traducidos al alemán, portugués, inglés, francés, catalán y vasco. Ha sido invitado a presentar sus libros y lecturas públicas en Alemania, Argentina, Brasil, Chile, México y Perú. Escribe regularmente sobre literatura, subjetividad, cultura, arte y género en diversas publicaciones nacionales y páginas web, por los que ha participado en varios coloquios internacionales sobre dichos temas. Su trabajo poético se ha cruzado con música, fotografía, instalaciones y diversas realizaciones audiovisuales. Ha dirigido varios proyectos editoriales, hace performances y acciones de arte, collages en papel, ilustraciones, guiones y obras de teatro en pequeño formato. Es el director general de los encuentros de poetas latinoamericanos en Santiago de Chile “Poquita Fe” (2004 y 2006).
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Héctor Hernández Montecinos es uno de los autores menos representativos no sólo en su país natal, Chile, sino en todas las aldeas de habla castellana. No estamos ante un poeta, que valiéndose de efectismos, nos proponga un discurso novedoso. Por el contrario, basado en un conocimiento de la tradición, de las tradiciones de la poesía universal, articula un discurso en el que transforma las lecturas en reescrituras y, a través de ellas, gesta otro decir. En el trabajo de Hernández Montecinos, poseedor de una singular conciencia de la significación de obra, asistimos a un replanteamiento de conceptos con los que arrebata la P mayúscula a la Poesía de salones para darle la vuelta y contaminar con su esencia crítica y voraz los diversos estadios de la realidad. Si Putamadre para muchos de nosotros, sus lectores, constituyó un libro perturbador y deslumbrante, ahora, a través de Segunda mano, radicaliza su idea particular de lo poético desarrollando una escritura que se muestra a todas luces fundamental para acceder a una real comprensión de la poesía en los albores de este nuevo siglo.


MAURIZIO MEDO

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El poeta no tiene que tratar de convencernos de que a su escrito lo habita la vida; vivacidad sí tiene, pero allí se amontona la muerte, una puntilla cineraria. La lectura (¿de alguien, de nadie?) alimenta una vida en la muerte – el libro roba vida al lector, para devolverle muerte, o por lo menos la suspensión de la vida, un freeze donde no nos moviéramos por segundos o siglos, para retomar, después, el movimiento y la conversación. Destila en el lector una muerte en vida, la parálisis de un veneno. Todo está muerto: el descarrilamiento, el montaje, lo que ofrece y lo que no ofrece alguien desde su fondo descalificado de odio, desde el cuerpo vivo, que dispone los gajes de la muerte, esa integridad de la disgregación. Si se desagrega, arriesga todo: incluso que lo sazonen, lo hiervan y se lo coman, sin saber bien lo que están comiendo. Ese arrojo convierte esta escritura en poesía, porque dispone de muchos juegos, se expone, y deja todo allí, sin intentar en particular defenderse. El poeta está muerto; viva el poder atómico que estalla en cadena, los efectos cargantes de paradoja. Deja todo allí: una pasión del amontonamiento, un desamor amor. El afecto no está dicho: ojos muertos sobre una lengua muerta. Salvo que “los ojos no son para leer, sino para iluminar lo que se lee.”

ROBERTO ECHAVARREN
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120 páginasValor: S/. 20.00 - Pedidos: editorialzignos@yahoo.es / editorialzignos@gmail.com

domingo, 15 de julio de 2007

LA TENTACIÓN INFINITA de RAÚL MENDOZA CÁNEPA

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Raúl Mendoza Cánepa. Abogado, graduado en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado diversos libros, entre ellos: "Los rostros y las máscaras del poder", "El Juez, un modelo para armar", "Sistema de partidos en la región andina", "Democracia e Instituciones en America Latina" (Universidad Alcalá de Henares), "Manual Parlamentario", "Parlamento y Ciudadanía", "Desarrollo: ¿cumbre inalcanzable?"; así como diversos papers y ensayos. Ha sido columnista del diario Correo y La Primera, así como coordinador del Informe Regional anual de la Comisión Andina de Juristas. "La Tentación Infinita" marca su ingreso a la literatura. Sin duda, se trata de un narrador que no escatima en utilizar la múltiple función del lenguaje.
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La Tentación Infinita es, en su esencia, un canto desenfadado al deleite, y sin proponérselo, un ideal estético. La belleza, que Platón ligó a lo bueno y verdadero, es asumida en estas páginas como un atributo del goce. Llama por lo tanto a una revaloración del individuo y de sus emociones, al portento de la imaginación gratificante, a la evasión en el tiempo (el esplendor del pasado o de la fantasía), al amor magnífico, al placer exquisito y a la recreación de lo sublime.
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Harold Alva

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Ante La tentación infinita el lector es invadido por los personajes, históricos e imaginarios, que el escritor le pone por delante y que van conquistándolo. Puertas y compartimientos, atajos y grandes espacios se suceden, como quien visita una ciudad dulcemente añorada. En sus seis capítulos el afán por el buen vivir y la necesidad de contar esta actitud al lector –como al hijo a quien está dirigida la obra– constituyen su expresión más sólida, su carta de presentación más incontrovertible y que hace tan imprescindible su lectura.
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Héctor Ñaupari

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124 páginas
Valor: S/. 20.00
Pedidos:
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CIELO RASO de JOSÉ BARDALES

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José Bardales: nació en Lima en 1979. Ha publicado algunos poemas en la revista Prakzis (de limitada circulación). Estudió Ciencias de la Comunicación. Cielo Raso es su primer libro, tiene inédito Azur Izar, y está preparando un nuevo material. Definitivamente Bardales es un poeta a quien debemos leer.
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Escribir poesía en el páramo de la sociedad peruana no es tarea fácil para nadie y menos para un joven poeta, aguzada sensibilidad diariamente agredida por la agenda de los politicos. El absurdo de la poesía ( ese cómputo-conquista de la Modernidad y de la Post) informa el Cielo Raso de José Bardales. Encontrar el sentido de este estúpido poema, un conjunto de fonemas. Es decir, la música (el sonido) de la palabra, que –en el caso de este libro- esta teñido de una enfática preocupación social / la pobreza. Pero el poeta se levanta de esta oscura realidad y halla belleza en lo cotidiano: escuche radio en a.m. pudiera ser que suene aquel viejo bolero. Nostalgia utópica a pesar de padecer una hecatombe de cláxones. La crítica de la cotidianeidad es uno de los pilares de esta poesía, plena de giros coloquiales, y de cultista intertextualidad: Teseo, Odiseo, Matisse, Picasso, el Bosco desfilan –alguna resonancia a Eielson, también- por estas vibrantes páginas, escritas con buen punche, porque aquí no cantan las sirenas sino las turbas. Monólogos concientes y/o desesperados, tu dolor araña en medio de un tránsito de fierros y humores que nunca se descongestiona pero que siempre ha de llevarnos al amor de una mujer –en un solitario y secreto hotel- desde cuya ventana –después del deseo- nuestro ojo endurecido roe la silueta de las cosas. He aquí la visión del poeta José Bardales, todas las frases en cursiva provienen de su poesía.
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[Roger Santiváñez,
contemplando el río Cooper, sur de New Jersey, 29 de junio de 2007]

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54 páginas
Valor: S/. 15.00
Pedidos:
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